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En el mundo de la mediación, mi enfoque va más allá de la mera búsqueda de soluciones legales; se centra en la construcción de puentes hacia acuerdos sólidos y la restauración de relaciones.
Imaginemos la Mediacion Previa Obligatoria Colaborativa como el primer eslabón de una cadena de favores, donde cada parte juega un papel esencial para alcanzar resultados exitosos y sostenibles.
Para subir una escalera y podar un árbol, la interdependencia y cooperación entre las partes son fundamentales. Cada actor contribuye con su disposición para dialogar y encontrar soluciones comunes. La clave radica en comprender que cada acuerdo no solo beneficia a las partes involucradas, sino que también sienta las bases para un entorno legal más colaborativo y compasivo.
Como mediadora, mi papel es el de facilitadora, guiando a las partes hacia un terreno neutral donde pueden expresar abiertamente sus preocupaciones y necesidades. La audiencia de mediación colaborativa se convierte en el escenario donde esta cadena de favores legales cobra vida. Aquí, la empatía se convierte en moneda de cambio y el respeto mutuo en la base de nuestras interacciones.
Catalizando este proceso, mi recordatorio constante es la importancia de considerar no solo los propios intereses, sino también el impacto en el conjunto. Al final de esta cadena de favores, no solo logramos acuerdos legales sólidos, sino también una transformación en la forma en que enfrentamos los conflictos. La mediación colaborativa no se limita a resolver disputas puntuales; siembra las semillas para una cultura legal más positiva y colaborativa.